Una nota para evacuar todas las dudas a la hora de castrar a nuestros mininos y mininas, en lo que es un procedimiento seguro y muy común. En este artículo te explicaremos todo sobre la castración, qué efectos puede tener y sobre todo, cuándo castrar a una gata.
Aunque la castración es un procedimiento muy frecuente en la actualidad, la decisión de castrar a una gata es una decisión importante ya que puede afectar positivamente a su salud y a su bienestar, pero también tiene una serie de posibles complicaciones y repercusiones de las cuales es necesario informarse.
Como muchos ya saben, la castración es el proceso al que se somete a tu gata para evitar que se reproduzca. En ocasiones se suele confundir el término “castración” con “esterilización”, pero no es lo mismo. Este último procedimiento incluye otros métodos que no involucran la extirpación de los órganos sexuales.
¿Cuándo hacerlo?
Ya sea macho o hembra, podés esterilizar a tu gato en la pubertad. En el caso de las gatas, esto ocurre entre los seis y siete meses de edad, aunque se puede hacer de manera segura a partir de los tres meses. Las gatitas tienden a tener su primer celo a los seis meses de edad; notarás un cambio en su conducta, ya que maúllan mucho, se frotan contra las piernas o muebles, y adoptan una postura de apareamiento cada vez que les tocas la espalda.
Beneficios de castrar a una gata
SIEMPRE, la decisión de castrar a tu gata o no, depende de vos y de si querés que tenga gatitos a futuro. Claro que hacerlo, también trae aparejados varios beneficios; el más importante es que puede prolongarle la vida de forma significativa.
La castración también puede tener los siguientes resultados:
- Evitar camadas no deseadas.
- Reducir la probabilidad de que tu gata se pelee con otros gatos.
- Reducir la probabilidad de propagación de enfermedades de transmisión sexual.
- Limitar la cantidad de gatos callejeros producto de camadas no deseadas.
- Reducir los síntomas del celo, el cual puede ser ruidoso y molesto para los dueños.
¿Cómo afectará la castración a la dieta de mi gata?
Tan pronto como hayas castrado a tu gata, empezarás a notar cambios en su conducta, incluidos sus hábitos de alimentación. Su apetito puede aumentar entre un 20 a un 25 %, pero su gasto de energía real se reduce en un 30 %. Esto significa que es muy fácil que tu gata coma de más y almacene la energía adicional como grasa.
Si decidís castrar a tu gatita mientras aún es pequeña, seguirá creciendo y, por lo tanto, necesitará un alimento que compense esta situación sin hacerla engordar innecesariamente. Un alimento específico, formulado para gatitos esterilizados, es una de las mejores opciones para ella en este momento.
¿Qué complicaciones puede haber con la castración?
Las mayores complicaciones asociadas con la castración provienen del posible aumento de peso que tu gata puede experimentar, lo que a su vez puede provocar enfermedades graves. Tanto la diabetes como las enfermedades articulares se relacionan con la obesidad en los gatos, y los gatos sedentarios o de interior pueden terminar con problemas digestivos debido a la falta de movimiento y a un aseo excesivo.
La decisión de castrar a tu gata puede afectar positivamente su salud y su vida en el hogar, pero tiene efectos duraderos.