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Cuidados de esta particular raza
Los schnauzer gigantes son perros que requieren atención y cuidados específicos. Por ejemplo, en cuanto al pelaje, si bien no requieren una rutina demasiado excesiva, precisan de un cepillado frecuente, de, al menos, dos veces a la semana.
Dos de los puntos más delicados y a la vez característicos en esta raza son la barba y las cejas. Es importante estar atentos a limpiar su barba de cualquier resto de comida o agua, para evitar olores. También, en el caso de las cejas, hay que estar atentos a recortar el pelo para evitar que le obstaculice la vista. Es fundamental acostumbrar al canino a las visitas periódicas a la peluquería al menos unas tres veces al año.
En cuanto a su actividad física, dadas sus características y a su conexión con el pastor alemán, es crucial que se ejerciten al menos unas tres veces al día. Sin embargo, sacarlos a pasear no es suficiente; esta raza demanda deportes caninos, actividades físicas más extenuantes y contacto con otros animales, para favorecer el desarrollo de habilidades sociales.
Son considerados animales bastante independientes, pero no se llevan muy bien con la soledad, por lo que la compañía constante es crucial.
Salud de los schnauzer gigantes
En general, esta raza goza de una buena condición física, quizás por el nivel de dinamismo que suelen tener; no obstante, como todas las razas, tienen predisposición a algunas enfermedades, entre ellas a sufrir de epilepsias, problemas gástricos, displasia de cadera, torceduras por juegos bruscos y cáncer.
Finalmente, el peso es otro de los inconvenientes de estos animales. Por lo general, no deben pasar de los 45kg; aun así, algunos ejemplares pueden excederse, especialmente si no son ejercitados con el nivel de frecuencia e intensidad que la raza demanda.
Grande e imponente, el schnauzer gigante puede resultar agresivo si no es criado de forma correcta; por ello, es crucial que desde cachorro interactúe con otras razas, especies y niños.
Durante este proceso, es necesario incluir técnicas de adiestramiento, aunque estas deben ser siempre positivas. Dado su carácter, son bastante reactivos a los castigos y eventualmente pueden tornarse rebeldes ante las instrucciones si son penalizados muy seguido.